Condenan a Sanidad a pagar
200.000 euros por «un error» al operar una hernia
· El juez estima probado que el HUCA intervino
«una protusión discal que no lo requería», lo que dejará en la paciente
secuelas y dolores de por vida
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· L. FONSECA GIJÓN
Un intenso dolor lumbar fue lo
que la llevó al hospital hace cinco años. Primero al Valle del Nalón, en
Langreo, centro de referencia donde reside. Desde allí, y debido a la
complejidad que entrañaba su intervención (sufría dos hernias discales y
obesidad de 92 kilos) fue derivada al HUCA, al servicio de Neurocirugía, donde
tras la realización de una resonancia magnética fue operada a finales de 2011.
La cirugía no resultó lo efectiva que se esperaba y la enferma, que supera los
40 años, no solo siguió sufriendo dolores sino que éstos se agudizaron. La
afectada no pudo volver a trabajar «ni realizar vida normal» y ahora la
Consejería de Sanidad acaba de ser condenada a indemnizarla con 200.000 euros
por los daños que le han causado. El juez considera probado que durante la
intervención se incurrió «en un error» y se operó una zona equivocada. La
paciente, representada por la letrada Nuria Morillo, sufrirá secuelas y dolores
de por vida, dice la abogada.
El fallo ha sido emitido por la Sala de lo Contencioso Administrativo del Tribunal Superior de Justicia de Asturias (TSJA) el 26 de octubre y contra el mismo solo cabe recurso de casación para unificación de doctrina. El letrado Rafael Fonseca González no impone a Sanidad el abono de las costas porque entiende que estamos «ante una cuestión que plantea dudas», tal y como «ponen de manifiesto los informes contradictorios aportados» por las partes. Con todo, considera que existió «mala praxis en la actuación médica, lo que contribuyó al empeoramiento del estado de la recurrente, agravando sus limitaciones con la aparición de nuevas protusiones discales».
Según
indicó la letrada, que preside la Sociedad Asturiana de Derecho Sanitario, «la
paciente tendría que haber sido operada en el nivel L5-S1, donde había que
proceder a la extirpación de la hernia y la ampliación del canal raquídeo, pero
por error fue intervenida en el nivel L4-L5». El hospital demandado «negó tal
circunstancia y llegó a asegurar que la enferma podía hacer vida normal» tras
haberle operado la hernia indicada y le dio el alta médica.
Pero la
mujer, que se ganaba la vida en un trabajo «que requiere coger pesos» decía
«que no podía de los dolores». De hecho, «vino a mi despacho para ver si podía
tramitar la baja por invalidez», comentó la letrada. Finalmente se demostró
«que el hospital había incurrido en un error», detalló Morillo. Para llegar a
ese punto «fue necesario encargar una resonancia magnética a una clínica
privada que demostraba que había cicatrices a nivel L4-L5. Es prueba fue
extraviada, pero pudimos recuperarla y confirmamos sus hallazgos».